20 March, 2014
Atención: este post contiene spoilers sobre la serie “Masters of Sex”.
Hace unos días terminé de visionar la primera temporada de la serie de televisión ‘Masters of Sex’. El tema principal de la serie es el revolucionario estudio sobre la sexualidad humana realizado por el doctor William Masters y su ayudante Virginia Johnson durante los años 50 y 60. Este estudio contribuyó a derribar muchos de los mitos socialmente aceptados sobre la sexualidad, utilizando para ello un estudio científico basado en la observación y medición de variables fisiológicas.
En el último capítulo de la primera temporada se produjo una situación que me hizo pensar en las presentaciones en la empresa en la actualidad; esto es lo que sucede a grandes rasgos: tras obtener datos cuantitativos suficientes el doctor Masters decide dar a conocer los revolucionarios resultados de su estudio. Y lo hace todo siguiendo unos pasos lógicos: Recopila la información y le otorga una estructura, visita la sala de presentaciones y asiste a una presentación con el que será su público. Es en ese momento cuando se da cuenta de que su presentación puede ser un ladrillo insoportable y decide modificar su presentación para conseguir la implicación y el interés de su audiencia desde el principio. Poco a poco, sin darse cuenta, la que iba a ser una plomiza presentación científica al uso se convierte en una demostración visual de los hallazgos del estudio, en la que incluso se tiene en cuenta “relajar” a la audiencia con un cocktail a la entrada (desde luego eran otros tiempos).
Suena bien, ¿verdad? Esto es lo que podemos leer en muchos libros sobre presentaciones y lo que parece ser recomendable en las presentaciones y charlas modernas.
Sin embargo, antes siquiera de que finalice el video mostrado por el doctor Masters gran parte de los asistentes han abandonado la sala y el director del hospital cancela la presentación. Ni siquiera una persona recoge el dossier con los detalles del estudio a la salida.
Lo que iba a ser una presentación de éxito para William Masters se ha convertido en un sonoro fracaso que derivó en su despido del hospital en el que trabajaba.
¿Qué es lo que ha pasado?¿Qué ha fallado?
Desgraciadamente lo que ha fallado es que el doctor Masters ha pasado por alto hacer un análisis completo del contexto (persona, grupo/empresa, sociedad/global). El alma científica del doctor Masters está muy por encima de los prejuicios y pensamiento de la época, pero no así la de sus colegas, que asisten escandalizados a la proyección de un video en el que una mujer se autoestimula. Centrado como estaba en su estudio y en hacerlo brillar, olvida el contexto de la época, el puritanismo, y su propuesta resulta inaceptable para sus colegas.
Por este motivo es tan importante el análisis de la audiencia y del contexto a la hora de preparar las presentaciones, especialmente dentro de las organizaciones. Todos los cambios, especialmente los más profundos, requieren un proceso y si no tenemos esto en cuenta corremos el riesgo de ir demasiado lejos con nuestras presentaciones. Desde luego puede ser frustrante, sobre todo si eres un enamorado de las presentaciones visuales al estilo presentationzen, pero si tu verdadero objetivo es llegar a tu audiencia y moverla, seguro que estarás dispuesto a hacer lo que sea necesario.
¿Significa esto que tengo que ceder y hacer presentaciones mediocres?
Por supuesto que no, más bien al contrario; pero tendrás que ir paso a paso para generar en tu organización el cambio que deseas en el estilo de presentación. Puede que no sea factible hacer una presentación tan visual como te gustaría, pero seguro que hay muchos aspectos de tu presentación en los que sí puedes trabajar que harán que tu presentación destaque y sea efectiva. Olvídate por un momento de las restricciones que te imponen las plantillas, logos, y formatos prefijados y céntrate en los objetivos, puntos clave y la estructura de tu presentación, en tu audiencia y el contexto. En poco tiempo te ganarás el respeto de tus colegas o al menos la “fama” de buen presentador, y verás como de un plumazo tienes más margen para ir un poco más lejos. Con suerte no serás el único y empezarás a ver cambios en las presentaciones de tus compañeros. Quizá sea utópico pensar en un cambio radical en las presentaciones en tu empresa, pero entre las viejas y aburridas presentaciones 1.0 con ‘bullet points’ y una verdadera presentación visual 2.0 hay un fantástico camino por recorrer, ¿no te parece? ¿Y tú, qué problemas encuentras para hacer buenas presentaciones en tu empresa?